Esta vez soy yo la que va un tanto ebria, pero sin estarlo tanto.
Entre acordes poco afines, no desafinaba la canción de fondo que nos servía de ambiente. Siendo así mi vigilia del sueño.
Sé que soy demasiado egoísta y demasiado exigente, pero a la vez actúo razonadamente. Si no puedes estar en todos mis días, te exijo al costado de mi cama todas las noches.
Te necesito en mis sueños como anhelo y como aliada en las pesadillas, siendo la protagonista de mis fantasías.
Quiero pensar que no me será complicado apoyar la mano en tu cintura cuando duermas. Prefiero darme a entender que es fácil verte en la penumbra mientras los tonos respetan la seducción de tu silueta y te acabo diferenciando entre las sábanas.
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